Gran dicha estar inmersos en los acontecimientos propios de las fiestas Navideñas. En muchas ocasiones nos vemos envueltos en las prisas, las compras, los compromisos sociales. Viviendo tan deprisa que apenas se disfruta de unas fechas tan mágicas y, dejando un poco de lado la esencia, el verdadero sentido y centro de la Navidad.

En Tajamar, la Navidad cobra un protagonismo único, que se percibe por los cinco sentidos, no dejando a nadie indiferente. Cómo se vive y cómo se siente, se trasmite desde que llegas por primera vez al colegio.

Todo el personal del colegio está envuelto en esa magia, la cual se contagia a los padres, y lo afirmo por experiencia propia. Las actividades, y participación de las familias es tal, que ninguno podemos resistirnos a esa magia, tal es así que en algunos momentos vuelven a ti recuerdos de antaño, y te sientes otra vez niño.

La participación conjunta de la familia y el colegio en las diversas actividades, crea un clima de conexión, armonía e implicación que favorecen sin duda la integración y desarrollo de los niños en el ambiente escolar, ayudándoles a entender un acontecimiento tan importante como es la Navidad.

Tajamar de esto sabe y, hace de ello un arte. El colegio es una prolongación de la familia. Porque aquí te sientes como en casa, con una familia de verdad, como esa familia de Belén o la nuestra propia.

La Navidad en Tajamar es una explosión de alegría, trabajo, colaboración, donde reinan valores esenciales que ninguna sociedad debe perder para educar. Porque la finalidad  es  educar, y lo mejor posible, a nuestros niños, esos pequeños proyectos de Dios, que algún día serán grandes. Y eso es el motor que impulsa a Tajamar, la ilusión en esos niños, con el apoyo y trabajo conjunto de la familia y el colegio.

Es por ello que estos días, estamos viviendo con especial intensidad, donde hemos colaborado para ayudar a las personas desfavorecidas con las campañas de recogidas de alimentos, hecho Belenes de diversos materiales con nuestros hijos, los veremos cantar con ilusión esos villancicos, y llegarán a casa emocionados contando mil y una historias, con una sonrisa enorme y el corazón desbordado de alegría.

Tajamar conserva, mima y cuida, esa esencia de la Navidad, manteniendo el espíritu vivo, ese espíritu que te hace ver las cosas con ojos de niño ¿y que hay más bonito que un niño?

Vivamos estos días cerca de los nuestros con ilusión, compartiendo y valorando lo que tenemos, y sin dejarnos eclipsar por lo superficial que carece de importancia. Sin olvidar los regalos de Navidad (ja ja), pero sobre todo el “REGALO”, el mayor regalo que un Padre, como solamente Dios, que nos ama infinitamente, puede hacer a sus hijos, el regalo de su propio hijo JESÚS.

Que estos días de alegría, todos estemos llamados a contemplar al NIÑO JESÚS, que devuelva la esperanza a cada hombre, que con su gracia llegue a todos los corazones, donde tenga cabida en medio de los ruidos de la Navidad, el amor, la solidaridad y la paz.

Feliz Navidad a todos

Encarna Márquez