La inteligencia emocional consiste en disponer de una serie de habilidades para reconocer nuestras propias emociones y las de los demás, y además poder gestionarlas adecuadamente.

Un niño que ha crecido teniendo como base una buena educación emocional crecerá en confianza consigo mismo, será capaz de saber que capacidades tiene, aprenderá de los errores, tendrá buena autoestima, desarrollará buenas habilidades sociales, será capaz de enfrentarse a los desafíos diarios y podrá comunicarse con los demás y consigo mismo de forma exitosa.

La integración y la adaptación de los niños en la escuela y con sus compañeros se verá facilitada con una buena gestión de las emociones. En la medida en la que el niño sepa identificar sus sentimientos y los de sus compañeros, sabrá reaccionar ante ellos de forma adecuada, aumentando así su nivel de autoestima.

Durante años, la escuela se ha centrado en dotar a los alumnos de una serie de herramientas y conocimientos necesarios para un futuro trabajo basado en un modelo industrial. Sin embargo, el aprendizaje emocional debería integrarse en la escuela de manera natural y temprana.

Por eso en Tajamar hemos introducido un programa desde el cual dotamos al niño de herramientas para reconocer y tratar sus propias emociones ya que sabemos que los niños que crecen en un ambiente donde la escuela y sus padres tienen muy presente la educación emocional como base ante cualquier aprendizaje social y académico, tendrán mejores capacidades para desenvolverse de forma exitosa en sociedad.


Mónica García

Profesora 2º C

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